El Creador

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  La creencia de que Dios creó el universo es uno de los más significativos y a menudo olvidados aspectos de la fe cristiana. En contestación a las enseñanzas de los evolucionistas, el relato que Génesis hace de la creación ha sido vigorosamente defendido. Muchas veces sin embargo, tales esfuerzos en verdad distraen la atención del verdadero propósito del relato de la creación, pues fallan al no ir mas allá de los argumentos a otros aspectos de la doctrina bíblica de la creación. Este breve estudio examina algunos aspectos centrales de la doctrina de la creación y asuntos íntimamente asociados.

    Génesis revela a Dios como el "Creador del universo". El es bueno, activo y todopoderoso. Más particularmente, el relato de la creación revela importantes cosas acerca de la manera en que Dios está relacionado con el universo.  La forma en que Dios es concebido con relación a la realidad física, en gran parte determina la totalidad de la religión.

    La creación del universo por Dios señala el hecho de que él es aparte de la creación. En consecuencia, él no puede ser identificado con el mundo físico ni con ninguno de sus objetos. En este punto, la fe del cristianismo en Dios como creador se separa de muchas otras religiones del mundo y de una de las formas más populares de concebir a Dios en relación con el mundo físico: el panteísmo. Panteísmo significa literalmente "todo es Dios". Esto es, Dios todo lo satura y está en toda realidad. Así, en un sentido, Dios es naturaleza, él es la sustancia misma de la materia. Pero la afirmación de que Dios es creador del mundo físico se opone a toda visión panteísta de Dios. Dios está separado de la creación.

    Fuera de eso, hay que mencionar que la doctrina bíblica de la creación también refuta la astrología. Dios no está identificado con las estrellas, ni ellas ejercen ningún poder mágico sobre la creación. Las estrellas y planetas han sido puestos en sus lugares respectivos por el Dios que creó el universo. Ellos no son más dignos de adoración que los árboles, ríos, o cualquier otro objeto de la creación. Al establecer que Dios hizo el sol, la luna y las estrellas, Génesis está en directa oposición con una de las más antiguas supersticiones que aún prevalece.

    Así mismo, el relato de la creación se distingue de varias filosofías que identifican a Dios con la realidad física y que afirman que él está obrando como un proceso en la naturaleza y en la historia. Las modernas "filosofías del proceso" identifican a Dios con todo lo que es, comparando el proceso de la historia humana con la continuidad de la vida de Dios. El relato de la creación separa a Dios de la creación en una forma que lo distingue de toda realidad. Dios no es toda realidad; ni es toda la historia la vida de Dios-en-proceso.

    El relato de la creación también refuta todos los dualismos. El universo no es coeterno con Dios. El universo no ha existido siempre. Dios lo hizo existir de la nada. Así la realidad de la creación señala:

             a) El poder de Dios como creador

 

Te he puesto por padre de muchas gentes delante

de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos,

y llama a las cosas que no son, como si fuesen

                                                                Romanos 4:17

             b) Las limitaciones de la creación.

Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron creados por la palabra

de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua, y por el agua subsiste,

por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen

ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio

y de la perdición de los hombres impíos.

 

                                2ª Pedro 3:5-7

    Ella debe su existencia a la actividad creativa de Dios. No es coeterna con Dios ni vino sola a la existencia.

    Además, Dios el Creador también es revelado como más que Creador en el sentido de haber echado a andar todas las cosas a la vez. Dios no echó a andar el universo y luego lo dejó funcionar como una máquina (deísmo). La creación no se auto sustenta. Ella tiene continua necesidad de Dios y depende de él para la continuidad de su existencia. A veces llamada la continua obra de creación, la constante relación de Dios con la creación es también la de sustentarla. Así Dios es Creador y Sustentador.

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