Organización de la Iglesia de Cristo

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Las iglesias de cristo no tienen un gobierno central. Cada congregación es autónoma. Cada congregación selecciona a sus ancianos, pastores u obispos (Hechos 14:23, Tito 1:5, 7; Hechos 20:28 Efesios 4:11; 1a. Pedro 5:1-5); que en realidad llevan el mismo oficio. Estos diversos términos se usan intercambiablemente para designar una misma tarea y siempre había una pluralidad de estos hermanos en cada congregación. Nunca se lee en el Nuevo Testamento de un pastor individual sobre una congregación.

     Estos ancianos, obispos y pastores no eran jefes o patrones; eran líderes espirituales que debieran cumplir con los requisitos establecidos en 1a. Timoteo 3 y Tito 1. 

"Palabra fiel: Si alguno desea el obispado, buena obra desea. Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda autoridad (pues el que no sabe gobernar su propia casa ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo" 

1a. Timoteo 3:1-7

     Como se puede apreciar, no cualquiera puede llegar a ser un anciano en la iglesia de Cristo.

     Los diáconos también se seleccionan por cada congregación y éstos deben trabajar bajo los ancianos (Hechos 6 y 1a. Timoteo 3). Mientras que los ancianos se encargan especialmente de la obra espiritual de la iglesia, los diáconos se encargan del aspecto físico de la congregación y especialmente en la obra benévola de la iglesia ayudando a los huérfanos, a las viudas y a otros necesitados. Esto no quiere decir que no tienen parte en la obra espiritual. Realmente toda la obra que los diáconos hacen es por causa de esta obra espiritual. Desde un principio de la iglesia los diáconos fueron muy activos en las cosas espirituales, como es el caso de Esteban, el primer mártir (Hechos 6) y el caso de Felipe, el evangelista (Hechos 8:21).

     Veamos lo que se requiere del diácono:

"Los diáconos así mismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el ministerio de la fe con limpia conciencia. Y estos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado si son irreprensibles. Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en cristo Jesús"

1a. Timoteo 3:8-13

     Es una carga que sólo un hombre muy espiritual puede llevar al vivir su vida cristiana.

     Esta es la única organización eclesiástica que encontramos en los tiempos del Nuevo Testamento. Pablo, al dirigirse a los santos en Filipos se dirige a los "obispos" y a los "diáconos" (Filipenses 1:1). Otro hermano nos exhorta:

 "Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cual haya sido el resultado de su conducta e imitad su fe... Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría y no quejándose, porque esto no es provechoso"

Hebreos 13:7, 17

        No hay lugar para jerarquías (1a. Pedro 5:3) ni para cualquier otro tipo de gobiernos extraños. Debemos respetar y seguir la Organización que Dios nos ha dado.

Nombre • Adoración • Plan de Salvacion • Organización de la Iglesia de Cristo • Nuestro credo infalible

 

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